Hoy en día se habla mucho de ponerse en los zapatos del otro, de lograr entender y valorar a los demás. Sin embargo, no es una tarea tan fácil, y todavía se complica más cuando esa empatía va dirigida a nuestros hijos.
Para lograr empatizar con nuestros hijos, debemos ser capaces de sentir la intensidad de lo que sienten, de comprender lo trascendental que es ese momento para ellos. Independientemente de si estamos de acuerdo con el motivo o no, la idea es conectar con ellos. Cuando sentimos empatía por alguien, nuestras emociones y prejuicios no se interponen, estamos totalmente en sintonía con lo que le ocurre al otro. Al empatizar con nuestros hijos, les ayudamos a sentirse cómodos con lo que sienten, entienden que nos importa lo que a ellos les importa y no tienen miedo de expresarlo.
El psicólogo estadounidense Daniel Batson propuso una teoría sobre la empatía y la ayuda altruista, en la cual planteó que las personas a menudo se sienten motivadas a ayudar a otros no solo por razones egoístas, sino también por razones altruistas, es decir, el deseo genuino de ayudar a otros sin esperar nada a cambio.
En su investigación, Batson propuso dos preguntas clave que las personas se hacen para evaluar su nivel de empatía:
- ¿Me importa esta persona?: Esta pregunta se refiere al grado en que nos preocupamos por el bienestar de la otra persona. Implica una evaluación emocional de la situación y de los sentimientos de la persona que necesita ayuda.
- ¿Cómo se sentiría esta persona en esta situación?: Esta pregunta se refiere a la capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender cómo se siente realmente la persona que necesita ayuda. Requiere una perspectiva cognitiva y emocional para imaginar la experiencia del otro.
El desarrollo de la empatía es un hábito de la felicidad. Cuando los niños entienden qué significa ponerse en los zapatos del otro, todo se vuelve más fácil. Los niños muy pequeños no logran entender qué significa ponerse en la situación del otro; enseñarlo requiere paciencia y constancia, es un hábito que requiere cierta maduración emocional en los niños. Sin embargo, es importante enseñarles a tus hijos desde muy pequeños.
Enseñar empatía a los niños pequeños es fundamental para su desarrollo emocional y social. Aquí tienes algunas estrategias para fomentar la empatía en los niños:
- Modela comportamientos empáticos: Los niños aprenden observando a los adultos. Muestra empatía en tus interacciones diarias con los demás, ya sea con amigos, familiares o desconocidos.
- Fomenta la comunicación emocional: Anima a los niños a expresar cómo se sienten y valida sus emociones. Enséñales a identificar y nombrar las emociones propias y de los demás.
- Practica el juego de roles: Juega con ellos situaciones que requieran empatía, como cuidar a una muñeca enferma o consolar a un amigo imaginario que está triste. Esto les ayuda a comprender las perspectivas y sentimientos de los demás.
- Lee libros sobre empatía: Utiliza libros infantiles que traten sobre la empatía y las relaciones interpersonales. Después de leer, habla con ellos sobre cómo se sintieron los personajes y cómo podrían haber ayudado.
- Resuelve conflictos de manera empática: Cuando surjan conflictos entre niños, ayúdalos a encontrar soluciones que tengan en cuenta los sentimientos y necesidades de todas las partes involucradas.
- Promueve el voluntariado y la ayuda a los demás: Participar en actividades de voluntariado o ayudar a otros en la comunidad puede ayudar a los niños a desarrollar empatía al ver las necesidades de los demás y cómo pueden marcar la diferencia.
- Elogia comportamientos empáticos: Reconoce y elogia a los niños cuando muestren empatía hacia los demás. Esto refuerza su comportamiento positivo y los anima a seguir practicándolo.
Recuerda que enseñar empatía es un proceso gradual que requiere paciencia y consistencia. Lo importante es proporcionarles oportunidades para practicar y reforzar estos comportamientos de manera positiva.
Juego en casa para enseñar la empatía
Un juego sencillo y efectivo para enseñar empatía a un niño pequeño es el “Juego del Espejo de Emociones”. Aquí tienes cómo jugar:
Materiales necesarios:
- Un espejo grande o un espejo de mano.
Instrucciones:
- Siéntate frente al niño con el espejo entre ustedes dos.
- Comienza mostrando una expresión facial clara que represente una emoción básica, como felicidad, tristeza, enojo o sorpresa.
- Pídele al niño que mire tu expresión facial en el espejo y que intente imitarla lo mejor que pueda.
- Después de unos momentos, pregúntale al niño cómo se siente al hacer esa expresión facial y cómo creen que se sentiría alguien más si estuviera experimentando esa emoción.
- Continúa mostrando diferentes expresiones faciales y anima al niño a imitarlas y a discutir cómo se sienten esas emociones.
- Una vez que el niño haya practicado imitar diferentes emociones, cámbiate de roles y deja que el niño muestre expresiones faciales mientras tú las imitas.
- Al final del juego, habla con el niño sobre la importancia de comprender cómo se sienten los demás y cómo podemos mostrar empatía al reconocer y responder adecuadamente a sus emociones.
Este juego es una forma interactiva y divertida de enseñar a los niños pequeños sobre las emociones y la empatía, ya que les permite explorar y experimentar con diferentes expresiones faciales mientras desarrollan la capacidad de ponerse en el lugar de los demás.